El cuello también necesita ser ejercitado. Practica el siguiente ejercicio a diario: siéntate en una silla con la espalda recta y lleva tu cabeza hacia atrás, de modo que puedas contemplar el techo con comodidad. Luego, contrae tus labios como si quisieras besar el techo. Para finalizar, saca la lengua y extiéndela todo lo que puedas, tratando de tocar con ella el mentón.
Solo toma un par de minutos al día y con determinación y paciencia veras la diferencia.
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